Tenía la mirada oxidada, en una frente oblicua. El pelo desorbitado, imposible. Estaba claro que el peso de los años le afectaba más de lo recomendable.
Y ahí estaba, leyendo el cartel: "calle cortada". Tampoco importaba tanto, iba a pie y no tenia ningún interés en recorrerla. Sin embargo...
Calle cortada, repió tres veces entre dientes. Unos dientes dislocados, locos. La frase destilaba un no sé qué. Apenas un recuerdo, un leve dolor. Calle cortada... repitió. Se oyó el ruido de un auto; se le cayó un algo al suelo. El levísimo ruido que sonó al golpear lo sacó del recuerdo. Sacudió la cabeza, y siguió su camino.
dilluns, 24 de març del 2008
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